En un principio Cyl se diseña para el hogar, como una mesa que pudiese adaptarse a muchas funcionalidades, pero pronto se aprecia el potencial del sistema, capaz de abarcar un rango de posibilidades mucho mayor, fácilmente extrapolables al paisaje corporativo como elemento de oficina. Su simplicidad responde a una demanda de calidad y claridad en estos espacios, a los que se adapta excepcionalmente.



