El proyecto se realizó en una parcela vacía en una carretera de Anzegem. El solar se sitúa entre una pieza típica del desarrollo en cinta flamenco y una arquitectura 'belle époque' independiente, por lo que era vital que el diseño pudiera ser el eslabón perdido para crear una transición fluida.
La forma trapezoidal de la parcela obligó a los arquitectos a encontrar una solución creativa. Se creó una casa semiabierta, que comienza muy cerca de la calle y se fragmenta hasta la parte trasera de la parcela. La divergencia de la parcela hace que la fachada lateral se convierta en parte de la vista de la casa y, por tanto, también contribuya al paisaje de la calle.
Debido a la estrecha franja de jardín, libre de construcciones, y a la proximidad del vecino, se decidió escalonar la fachada lateral en relación con el límite de la parcela. Se crea una segunda y animada 'fachada de calle', en lugar de una fachada monótona. El movimiento en 'zigzag' de la fachada permite que el jardín lateral se convierta en un apéndice completo de la casa, en lugar de una simple entrada.