Tras recibir el encargo de rehabilitar un hotel de los años 70 en Gran Canaria, el estudio decide salvar los 183 metros de altura sobre el nivel del mar en los que se encuentra instalando un funicular. La elección de este sistema de transporte inclinado permite implementar una manta ecológica que se extiende también sobre la antigua cubierta, donde se sustituyen los usos y servicios preexistentes, ya obsoletos. El proyecto trata de hacer hincapié en la sostenibilidad del edificio.
Las nuevas instalaciones implantadas incluyen la maquinaria del funicular, tierra para plantaciones y piscinas que reducen la necesidad de aporte energético gracias al intercambio de calor de las masas de agua con el sistema de climatización, favoreciendo la ventilación y el enfriamiento de los espacios interiores. De esta manera, contribuyen a disminuir el consumo energético en las zonas interiores del hotel.
Coronando la colina de Mogán, el funicular, con una inclinación de 42°, logra comunicar las distintas plantas del hotel garantizando la accesibilidad. El encargo incluye el diseño íntegro de la cabina, así como todos sus detalles para mejorar la experiencia: desde los botoneros hasta los estribos. Los cristales, de vidrio curvado y plano, presentan distintos grados de transparencia y están tintados de color amarillo. Apoyada sobre las sucesivas terrazas, la estructura metálica triangulada soporta las seis pasarelas que conducen a los niveles del hotel. En ellas, se emplean redes metálicas y unas alfombras azules que buscan la fusión del cielo con el suelo, consiguiendo una experiencia adimensional.
Recientemente, el proyecto ha recibido el premio internacional a mejor ascensor inclinado del mundo, concedido por Elevator World en la vigésimo segunda edición de sus Annual Project of the Year Awards, considerados como los galardones internacionales más importantes en el sector del transporte y la movilidad en arquitectura.
Funicular en Mogán
ATELIER LOPEZNEIRACIAURRI
Mogán, Canarias